8 Claves para afrontar una ruptura sentimental

Hace unos días, en la anterior entrada de nuestro blog, hablábamos del proceso de “duelo” que sucede cuando vivimos una ruptura sentimental.

Si bien este proceso no tiene “atajos”, de cómo lo manejemos depende que avance con normalidad o que se convierta en un interminable momento doloroso de nuestras vidas. Hoy os planteamos algunas claves para afrontar la ruptura:

1. Una de las cosas más importantes ante una ruptura es que se haga «efectiva»: de nada sirve romper la relación si seguimos conviviendo (o nos seguimos viendo) durante un tiempo; el duelo por la ruptura comenzará al dejar de vernos o de convivir, no sólo cuando “decidimos” romper.  “Romper el contacto”  es una de las cosas que más cuesta pero que más alarga la agonía.

En la actualidad tenemos muchas formas de saber del otro: teléfono, Whatsapp, Facebook, Twitter e incluso LinkedIn, pasar por su calle, ir al bar al que va,… A veces nos descubrimos controlando la última hora de conexión de Whatsapp o mirando su muro de Facebook incansablemente…Decimos que lo importante es continuar siendo amigos,… que queremos llevarnos bien,… Sinceramente, no conozco a nadie que le haya ayudado a llevarse bien o tener una amistad a la larga con su ex el tener contacto continuo con él o ella después de la ruptura.

Es necesario que se produzca esa separación para no alimentar la esperanza. Este punto es complicado cuando hay que resolver asuntos de índole legal y sobre todo cuando tenéis hijos en común, en ese caso, es obvio que no podéis dejar de veros o de hablar, pero no es lo mismo tener un contacto superficial cuyo único tema de conversación son aspectos relativos a los niños, que hablar de cómo nos echamos de menos o lo que es peor, “echarse cosas en cara”.

2. Haz una lista de las cosas que te hacían sentir mal de la relación con tu ex: si, incluso tú, que piensas que fue todo “maravilloso”, párate a pensar (y escribir) que cosas no te gustaban tanto, te hacían sentir mal o incluso aborrecías. Y tómate tu tiempo para escribirla, no es necesario hacerlo de prisa y corriendo, y mucho menos del tirón. Puede servirte para “poner los pies en la tierra” y compensar la idealización (de la relación y de la ex pareja) a la que te somete tu mente en este proceso de “duelo”.

3. Date “permiso” para llorar. El llanto cumple una función muy importante, y bloquearlo es como no poner válvula a una olla. No quiero decir con esto que te pases todo el día dale que te pego al llanto, simplemente que lo dejes aparecer, de vez en cuando, en privado, para ti.

4.Gestiona los «recuerdos»: no me refiero a que luches contra tu mente (ya sabemos que esa guerra está perdida), me refiero a todas esas cosas que tienes de tu ex (fotos, prendas de ropa, regalos,…) y que a veces conservas como si de un altar se tratara. No es necesario tirarlo (o borrar) todo, ni quemarlo en un akelarre, pero es momento de ir retirando, poco a poco y a tu ritmo, todas aquellas cosas que ya no forman parte de tu vida sin él/ella (si, el anillo de boda también) y que lo único que hacen es anclarte en lo que ya es pasado.

5. Es normal que hables de lo sucedido con tu gente, sabemos que a la corta desahoga, pero a la larga lo único que hace es prolongar la agonía. Poco a poco puedes ir respondiendo «voy bien, tirando» , y hablando de otras cosas que nada tienen que ver con lo sucedido.

6. Probablemente no tienes apetito, has perdido peso, duermes mal. Todo se irá normalizando, y mientras,  come poca cantidad pero más veces al día, cosas que te suelen gustar, practica algo de ejercicio, mindfulness y todas aquellas cosas que te permitan conectar con tu presente y permitir que tu mente se adapte a la nueva situación.

7. Es tiempo de cultivar tus relaciones sociales, acercarte a tus amigos, ampliar tu red social.

8.Estás en un momento privilegiado para tener una cita con la soledad y la autonomía. Cultiva tus aficiones, conoce nuevas opciones de ocio, vete al cine solo,…

Poco a poco el dolor irá dejando hueco a todo lo demás…Y si precisas que te acompañemos en el proceso, aquí estaremos.

Arancha Santos de la Rosa